La fotografía como afición y disfrute.


Mas, organizado de forma diferente en Flickr:
https://www.flickr.com/photos/110653043@N05/sets/

Puedes hacer uso de las etiquetas para ver especies concretas en la barra lateral derecha.

Las fotografías pueden verse a mayor TAMAÑO haciendo click sobre ellas.


NOTA:
Las fotografías mostradas a continuación, son propiedad del autor y no pueden ser utilizadas, copiadas o manipuladas con ninguna finalidad, sin su autorización expresa.

jueves, 22 de febrero de 2018

FOTOGRAFIANDO RAPACES



Este artículo, es un breve resumen general sobre la obtención de fotografía de rapaces en total libertad con aguardo.

Detallar el proceso, sería muy extenso, además de lo variado de las opciones que hay. Además, seguro que serían muchos los detalles que podrían quedar olvidados a la hora de hablar sobre cómo conseguir imágenes de rapaces, por cuenta propia.

Evidentemente, acudir a un Hide (aguardo) de pago, facilita mucho las cosas, sobre todo, a toda aquella persona que no dispone de un lugar donde llevar a cabo todo el trabajo que se requiere, ni dispone del tiempo necesario para ello.
  • ·      Lo primero que debemos hacer, y lo más importante, es el trabajo de campo.
  • ·      Lo segundo, una vez localizado el lugar, pedir los permisos oportunos.
  • ·      Y lo tercero, ponerse manos a la obra y ser pacientes.
En cuanto a lo primero, no podemos intentar fotografiar una rapaz, donde no la hay. Es evidente. En consecuencia, debemos localizar mediante observación, donde vuelan, donde suelen localizarse, y si es posible, zonas donde tienen posaderos naturales, donde cazan etc. Es un periodo para disfrutar del campo y cuanto nos ofrece.

Hay que observarlo durante un tiempo. Debemos estar seguros de que esa zona es la adecuada, la que ellas habitan. De nada sirve una ubicación ocasional o fortuita.

Cuando estemos seguros de que la zona es la adecuada, y tomemos la decisión de usar esa zona como nuestro objetivo, pasaremos a localizar los posibles posaderos. Qué zona nos permite y es adecuada para la instalación del aguardo, que luz tendremos por la mañana y por la tarde, fondos que se obtendrán, etc. Hasta tener claro y con exactitud, la ubicación del lugar, que nos permita esa zona concreta. No siempre es la ideal.

Una vez decidido, debemos geolocalizar el lugar, para pedir los permisos oportunos. En ellos, se aclara que especie nos interesa en esa zona, que lugar exacto es el que se va usar para ello, y que tipo de ceba utilizaremos. Normalmente, se ceba con conejo en percha. O sea, en una rama, o árbol normalmente despejado, que se preste bien a ello.
Esto es imprescindible, pues sin permisos, podríamos tener problemas con las autoridades, que conviertan un trabajo de disfrute y respeto por la naturaleza en todo lo contrario. Por lo tanto, es algo que debe hacerse.

No hace falta decir, que hay que sumar a lo dicho el tener siempre presente el código ético del fotógrafo de naturaleza, y respetar todo cuanto el propio sentido común nos dicta. Nunca interferir en anidamientos, ni invadir espacios que estresen o molesten a los animales. El modus operandi de todo fotógrafo de naturaleza, debe ser, si es posible, ver sin ser visto. Dejarse invadir por el entorno, interfiriendo lo menos posible.

Resuelto todo lo anterior, comenzamos la tarea.
Primero decidimos que tipo de aguardo usaremos. Portable, natural, fijo, para unas dos tres personas… En este caso, para 2-3 personas.
Hay distintas formas de elaborar un hide de este tipo. Madera, incluso de obra, o, por ejemplo, con espuma proyectada, que es el caso que nosotros usaremos.
Normalmente se usa una superficie o “caja” de tablero fino o cartón resistente, sobre la que proyectar la espuma para que obtengamos la forma deseada, una vez endurecida. La pintaremos mimetizando en lo posible con el entorno sobre el que estará ubicado. Y en su interior, siempre de oscuro.
Posteriormente, ha de recortarse con un serrucho manejable o similar el hueco para la ventana, la puerta, y lo que consideremos necesario. Elementos que colocaremos una vez ubicado en su destino final, fijándolas de nuevo con más espuma y unas bisagras adaptadas, aunque antes probaremos en casa para evitar sorpresas.

La ventana, se debe encargar de cristal espía por supuesto, y es delicada la elección. Si la hacemos realmente “invisible” el problema que tenemos es que se come un par de diafragmas en la exposición, por lo que los objetivos poco luminosos, van a requerir velocidades lentas, o isos altas… Y si lo elegimos invisible, pero para que “se coma” menos luz, no llega a ser del todo invisible el interior y dependes mucho de la incidencia de la luz a ciertas horas, en las que puedes ser muy visible. Habría que ser muy cauto y muy consciente a la hora de moverse y no utilizar elementos claros en el interior. La vista de las rapaces no es precisamente mala… Pero disfrutas de perder menos diafragmas, y poder utilizar zooms o lentes menos luminosas.

De todas formas y sea como sea, ropa oscura y nada de brillos, siempre.

Una vez transportado el hide al lugar de instalación, lo colocaremos en el lugar elegido. Instalaremos ya la ventana en su hueco correctamente fijándola con espuma, (tiene una posición correcta) y una vez colocada la puerta, podemos colocar las sillas, ganchos para colgar algún objeto etc. e incluso preparar un espacio fuera cubierto que haga las veces de wc sin ser vistos o lo que consideremos necesario. Ya comenzar la parte fotográfica.

Lo ideal es dejar un tiempo el hide, bien integrado si es posible, para que se acostumbren los animales a su presencia. Las rapaces suelen ser muy recelosas. Durante este periodo, empezaremos a cebar también, y es bueno instalar una cámara trampa para ver qué entra, a qué horas, si repite entradas, etc… Al principio no es raro que no entren al cebo. Bueno, no hay que desesperar. Ya llegará el momento.

Posiblemente, las Urracas, Rabilargos, etc serán los primeros en acudir. Eso es bueno. Son un reclamo para el resto de animales. Llaman la atención, y hacen que la rapaz que buscamos, se centre en ese punto de interés que tanto gusta y altera a estas otras aves.

Una vez cebado un tiempo (depende de la suerte y de lo recelosa de la rapaz) y con la certeza y evidencia de que entra, (visto en la cámara espía y en el cebo) podemos cautelosamente comenzar las sesiones. Además, pasado un tiempo sabremos que especies entran, y puede que nos llevemos gratas sorpresas, que no esperábamos.
Es la parte más emocionante. Sin duda.

Es importante, observar muy bien cuando vayamos a entrar al hide, que no vuelen, o estén posadas donde puedan vernos. No acercar coches, etc. No hacer ruido, ni alterar nada del entorno. Algunas, si las asustas o espantas, no volverán. Y una vez dentro, silencio, pues verte, quizás no te vean, pero oírte… Moverse lo menos posible, y sin brusquedad (sobre todo en cristal no muy reflectante) y estar muy atento. Suelen volar o sobrevolar antes de entrar, y suelen tener querencia a una zona en concreto y a ciertas horas.

Suelen entrar antes que a la percha, a una piedra, o algo que les permita controlar la situación. Momento que podemos aprovechar para fotografiarlas en un posadero natural, como una roca, que es preferido por muchos fotógrafos. Además, nos advierte del vuelo hacia la percha, lo que permite estar preparados y atentos para capturarlo. Las primeras veces es posible que coja el cebo y se lo lleve rápidamente, pero con tiempo, comerá en el posadero. Otras rapaces, como el Azor, o el Ratonero, son más impredecibles en su entrada, y asiduas también a los cebos. Difícil pillarlos en vuelo de entrada o salida, pero es parte del atractivo de este tipo de fotografía. Y una vez posadas, pueden dar mucho juego posando, mientras consiguen un poco de alimento.
Tenerlas a esas distancias, es un placer visual.

Es muy importante no utilizar “nada” que pueda dañar al ave, ni elementos que puedan ser lesivos o dañinos para ellas, así como nada que pueda tragar que no sea el propio cebo. Nada que pueda poner en peligro al ave. No olvidemos, que estamos ante aves protegidas, o al menos animales salvajes con muy poco o ningún contacto con el humano. Parte del placer de fotografiarlas, es saber que mañana, seguirán estando ahí.





Fotos estas cuatro últimas tomadas de la primera sesión fotográfica realizada tras poner en marcha el aguardo, una vez asegurada la entrada continuada de fauna del entorno. ¡Todo un éxito para ser fotografiado todo esto en la misma jornada, y tratándose de las especies de que se trata!

Aunque no nos hagamos falsas ilusiones. En las jornadas fotográficas, hubo éxitos y momentos de gran disfrute y consecución de imágenes, pero también, alguna jornada en blanco. El campo, es así, y eso, también, forma parte de su encanto.


Ángel Cañones - Febrero de 2018.

No hay comentarios:

Publicar un comentario