Tras tanta agua y tras tantas ganas de llenarse de luz, empieza todo de nuevo a tomar forma tal y como acostumbramos y gustamos muchos de por aquí abajo...
No es lo ideal para fotografiar, por la dureza de la luz, y pronto por el calor
Pero esa luz, esos contrastes, son parte nuestra y debemos aprovechar lo que en ocasiones nos brindan
Gracias a los muchos ojos que un domingo de marzo recorren los verdes y piedras del Jándula, pude ver y disfrutar un rato de un buen ejemplar de Lince, que paseaba trayendo locos a un grupo de jóvenes que con gran ilusión lo seguían con sus prismáticos y observaban expectantes.
El animal, como abstraído del revuelo de la otra orilla, paseaba, olía, se tumbaba a la sombra en una piedra, y cuando creyó oportuno, de un salto buscó la umbría y se perdió.
También, al poco de llegra, un encuentro inesperado con un Cormorán
Cara a cara. Asombro por asombro
Pero en ésta ocasión, no inició el vuelo al instante de vernos frente a frente sin esperarlo ambos
Se quedó. Se relajó. Se tiró al agua para tontear con una perdida carpa, a la que dejó marchar. subió a una roca para secarse y acomodarse, y finalmente se durmió metiendo su cabeza bajo el ala.
Era el momento de marchar. En silencio, a otro lugar.
MUY CHULO EL CORMORÁN ÁNGEL, BUENO EL GATO TAMBIÉNNNNNN
ResponderEliminarGracias Manolo.
EliminarPase un rato muy entretenido. Como hacía tiempo