Y es que el martín que tantos buenos ratos me ha proporcionado este tiempo atrás, había días en los que parecía estar por la labor y parecía posar permitiendo que la composición, encuadre, medición y demás, pudieras hacerla con intención.
Como en esta toma, que no tiene recorte alguno, y muy poco postproceso, en la que luce sus bonitos colores y particular figura sobre esos fondos dorados que en ciertas épocas del año cubren nuestras sierras.
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